Un nuevo negocio fue la ventana para que Lorelys escapará de su pasado de explotación laboral.
Lorelys es una madre cabeza de familia que se instaló en Bogotá con su hija e hijo hace casi cuatro años. Dice que, aunque no tuvo grandes dificultades para trabajar en Colombia, las condiciones laborales del país no eran las que ella esperaba: en un restaurante sólo le pagaban 20.000 pesos por turnos de 20 horas, una cantidad muy inferior al salario mínimo diario. Al mismo tiempo, se dio cuenta de que otros trabajadores/as de la cocina ganaban mucho más.
Durante la pandemia carecía de un trabajo estable y, de vez en cuando, trabajaba en panaderías. Mientras vendía café caliente en la calles, Lorelys se planteó una nueva idea de negocio.
Según un estudio de Cuso International 2022, elaborado en el marco del proyecto ‘Empleos para construir futuro’, cerca del 92% de las mujeres migrantes son informales, según la no afiliación al sistema de pensiones contributivas. Las trabajadoras migrantes por cuenta propia, como Lorelys, se enfrentaron a una fuerte caída de ingresos del -11% durante los primeros meses de 2021.
El estudio también calculó que la probabilidad de estar empleada en 2021 disminuyó en 7,5 puntos porcentuales para las venezolanas (la tasa de empleo cayó de 49,1% a 41,6%).
La mayoría de las mujeres migrantes por cuenta propia trabajaban durante este año ofreciendo servicios personales básicos o en empleos en el escalón más bajo de la escala ocupacional durante la pandemia.
En la actualidad, Lorelys aprecia la ciudad de Bogotá desde su negocio, situado en las colinas de Ciudad Bolívar, el hogar de muchas personas migrantes y refugiados venezolanas.
Con la ayuda de Cuso International, aprendió conceptos básicos de gestión y contabilidad. La ONG también le proporcionó recursos financieros para comprar una fotocopiadora, una impresora y artículos de telefonía móvil.
Un total de 16.372 personas son participantes de ‘Empleos para construir futuro’ y el 14% son migrantes hasta la fecha. Más de 1.660 participantes han recibido apoyo para el seguimiento de microempresas; el 17% de ellos/as son migrantes y el 66% son mujeres.
Muchas personas como Lorelys piensan que, como migrantes venezolanos, no pueden ser empresarios/as en Colombia. Ante esta creencia, el Representante País de Cuso International en Colombia Aymeric Astre considera que iniciativas como Empleos para construir futuro tienen el potencial de generar mayor conocimiento entre la población migrante sobre el proceso para iniciar un nuevo negocio.
Con los ingresos de la asistencia técnica para teléfonos móviles y la venta artículos de papelería, Lorelys cuenta con más ingresos para arrendar una mejor vivienda y comprar alimentación más saludable para su familia.
«Lo que más me gusta de tener mi emprendimiento es que puedes manejar tu tiempo, compartir más con mis hijos y cubrir sus necesidades. Para mí los ingresos con mi negocio han sido mejores que el trabajo que había tenido en empresas o restaurantes», comenta Lorelys.
A raíz del impacto positivo de estas iniciativas en microempresas como la de Loremys, Astre asevera que un desafío en Colombia es el apoyo y las fuentes de financiación para el desarrollo y la consolidación de ideas de negocio de la población migrante, especialmente de las mujeres.
«Nuestra experiencia demuestra que los emprendimientos son alternativas efectivas para mujeres migrantes cabeza de hogar, en tanto les permite combinar las actividades laborales con las del cuidado de niños/as, adultos mayores o personas con discapacidad”, argumenta el directivo.