Paola Andrea Martínez, una madre cabeza de familia de 41 años, vivía frustrada en el intento de conseguir un trabajo. Ella dice que quizá su edad, poca experiencia laboral o perfil ocupacional impedían que sonará el timbre del teléfono, levantara el auricular y escuchara la voz de un empleador que le daba la buena noticia de que había sido seleccionada para un empleo.

El deseo de tener una fuente de ingresos estable para sus hijos de 20 y 10 años la impulsó a inscribirse a la convocatoria de la iniciativa de formación y enganche laboral de Empleos para construir futuro en Medellín.

Paola ya no espera la llamada de un empleador, sino la de miles de clientes que necesitan de sus servicios en el contact center donde, además de trabajar, recibe capacitaciones y ha trazado un futuro laboral en la misma empresa.

No solo dejó atrás la preocupación de no contar con una estabilidad laboral, sino también la incapacidad de hacer planes familiares con sus hijos: tranquilamente puede comer con un helado o visitar un centro comercial con ellos.

Para mí haber sido priorizada por el proyecto ha significado mucho, porque no tuvieron en cuenta mi edad o experiencia, sino mis capacidades como persona, como mujer y como madre cabeza de familia”, expresa Paola Andrea Martínez.