Con la emergencia social y económica desatada por el Covid-19, soplan vientos de cambio para la mayoría de empresas en Colombia. Uno de sus mayores retos ha sido mantener la relación contractual con sus empleados/as, en medio del aislamiento obligatorio preventivo que impacta la producción, la cadena de suministro y mercado y, por esta vía, la liquidez para sostener a la nómina. 

De cara al desafío de preservar el empleo de los trabajadores/as, las empresas han tomado medidas para reorientar sus actividades: desde la implementación del trabajo en casa o el teletrabajo, la puesta en marcha de nuevos procesos digitales, la adopción de protocolos de bioseguridad hasta el acuerdo con sus empleados/as de turnos laborales o modificaciones temporales de horario, entre otros. 

La amenaza a la sostenibilidad de las empresas impulsó a que varias de ellas se reinventaran para ofrecer sus productos y servicios, de acuerdo con los parámetros legales establecidos. En este proceso, han reconocido la necesidad de contar con sus empleados/as para que los negocios salgan a flote en medio de la dura situación actual»,  sostiene el Director de Cuso International en Colombia, Alejandro Matos.

Esa resiliencia de las empresas y trabajadores/as para continuar con sus operaciones fue identificada a comienzos de la emergencia por el proyecto Empleos para construir futuro, liderado por Cuso International y apoyado por el Gobierno de Canadá. Durante los últimos cinco años, la iniciativa ha contribuido a que más de 8.000 personas en situación de vulnerabilidad económica hayan encontrado oportunidades laborales y de emprendimiento en ocho ciudades del país (más sobre los resultados de la iniciativa aquí). 

Entonces la ONG de desarrollo, con el apoyo del Gobierno de Canadá, unió esfuerzos con las empresas para que siguieran funcionando con aquellos/as empleados que más necesitan de un empleo formal para sostener a sus familias en esta crítica época. Mediante la creación de un fondo de recursos, el proyecto ha apoyado a 23 socios privados y 421 beneficiarios/as del proyecto con aportes económicos para cubrir un porcentaje de los salarios y la compra de elementos de bioseguridad. También, ha brindado auxilios de transporte y alimentación, así como ha comprado y alquilado elementos para la realización de teletrabajo o trabajo en casa. 

Adicionalmente de los aportes económicos y la provisión de elementos de trabajo, la iniciativa ha buscado contribuir al bienestar de los trabajadores/as y las empresas. De cara a los beneficiarios/as, el acompañamiento psicosocial ha sido necesario para que algunos de ellos/as aborden sus problemas personales y familiares en esta coyuntura, de modo que mantengan un buen desempeño laboral. 

Las empresas, por su parte, han recibido asesoría jurídica para navegar mejor las opciones disponibles para mantener la relación laboral con sus empleados/as, de modo que no se expongan a procesos legales que puedan implicar millonarias indemnizaciones en el futuro. 

Muchas empresas nos han expresado que consideran que tienen una responsabilidad con sus empleados/as y familias. Nos hemos dado cuenta que ese sentir está conectado con el agradecimiento a los trabajadores/as por sus aportes en las épocas de bonanza y la confianza en su compromiso en las épocas de crisis», asevera Matos. 

Las 23 empresas socias de Empleos para construir futuro se suman a más de 100 compañías que le informaron al Ministerio de Trabajo que también han tomado diversas medidas para preservar el empleo a lo largo y ancho del país. De acuerdo con esta cartera, «las compañías han asumido, ante todo, el compromiso de garantizar los derechos de los trabajadores/as» (más información aquí). 

Para Cuso International, no se trata de unos casos empresariales aislados, sino de un creciente interés del sector privado para transformarse, sin dejar atrás a sus empleados/as.