Para nadie es fácil adaptarse a un lugar nuevo donde, además, se tiene la presión de demostrar que se es un buen empleado/a que merece estar en ese puesto de trabajo. Esa preocupación embarga a población en situación de vulnerabilidad, como personas jóvenes, mujeres y víctimas del conflicto armado, que luchan día a día por aterrizar su primer empleo formal y, cuando lo logran, se enfrentan a un terreno laboral totalmente desconocido.

Después de escuchar cómo esta historia se repetía entre las personas beneficiarias del proyecto Empleos para construir futuro, Cuso International, con el apoyo del Gobierno de Canadá y la asesoría de Creo, decidió crear un novedoso programa de mentorías, que se distancia de las iniciativas tradicionales de este tipo enfocadas en la construcción de escuelas de liderazgo o programas de formación de directivos. Por el contrario, la apuesta de la ONG canadiense fue crear un modelo de personas mentoras o amigas que le ayudaran a los nuevos colaboradores/as, en situación de vulnerabilidad, a superar los primeros días críticos de aprendizaje en un cargo.

Otra diferencia importante respecto a los programas de este estilo es que los mentores son pares laborales, que asumen este rol de manera voluntaria debido a su motivación en lograr una mayor productividad e innovación de la organización mediante la inclusión de personal diverso.

Con el fin de evaluar la efectividad del programa, se desarrolló un piloto con 15 mentores y cerca de 30 nuevos colaboradores/as en seis empresas. Las fases iniciales se enfocaron en la transferencia de conocimientos a las compañías mediante la realización de actividades pedagógicas, para que los mentores/as pudieran darle vida a la iniciativa de manera exitosa. Posteriormente, ellos y ellas pusieron en práctica los saberes adquiridos junto con los integrantes más recientes de las organizaciones.

De acuerdo con el Gerente de Sector Privado, Felipe Campo, «el piloto demostró cómo los voluntarios comparten sus experiencias y conocimientos con los nuevos empleados/as, de modo que una persona en condición de vulnerabilidad visualice cómo un empleo formal puede ser un primer paso para construir su proyecto de vida, aunque al comienzo implique un proceso de adaptación exigente«.