Nieves trabaja siete días a la semana, tanto como costurera en Bucaramanga como en la panadería de su familia en el campo. También dedica gran parte de su tiempo a reuniones locales para discutir proyectos sociales y mejoras de los servicios públicos para la comunidad.
«Espero que algún día la panadería pueda garantizar unas buenas condiciones de vida para mi familia y no tenga que trabajar tanto», dice Nieves, de 56 años. «Aun así, seguiré atenta a las necesidades de la comunidad y buscando formas de ayudar».
Inspirados en el trabajo duro y la perseverancia de Nieves, y de muchas otras mujeres colombianas, dos voluntarios/as de Cuso International, Laura Martínez y Javier Restrepo, desarrollaron un programa de formación para apoyar la autonomía económica y la iniciativa empresarial de las mujeres.
«Al fomentar su autonomía económica, el programa de formación y la caja de herramientas permitirán que estas mujeres dispongan de más tiempo para la participación política y comunitaria», afirma Graciela Terraza, coordinadora de proyectos de la Fundación Mujer y Futuro, organización socia en la implementación de la iniciativa.
La directiva agrega que muchas mujeres asociadas a la fundación son jefas de hogar que dedican gran parte de su día a las tareas domésticas y, también, a la generación de ingresos para sus familias mediante el desarrollo de pequeños negocios.
La caja de herramientas del programa incluye seis módulos que apoyan el desarrollo empresarial de las mujeres: concepción de ideas de negocio, creación y fortalecimiento de empresas para aumentar la rentabilidad y sostenibilidad.
A principios de marzo, Laura lideró unos talleres para compartir la caja de herramientas, llamada «Mujeres caminando hacia la autonomía económica», con formadores/as locales que trabajan con aproximadamente 300 microempresarias rurales a través de la Fundación Mujer y Futuro. En los próximos meses, los formadores/as compartirán la caja de herramientas con las microempresarias, incluyendo a Nieves.
«El kit de herramientas ayudará a las mujeres a mejorar el rendimiento de sus negocios», dice Javier. A su vez, su confianza en sí mismas aumentará y podrán seguir construyendo y desarrollando sus negocios e ideas futuras.
Laura y Javier dicen que el programa de formación es el resultado de sus anteriores experiencias de voluntariado en Colombia, que les brindaron las habilidades y los conocimientos necesarios para diseñar herramientas de fortalecimiento empresarial de acuerdo con el contexto local.
«Javier había trabajado en la Asociación de Agricultores Orgánicos de Ibagué y en la Cámara de Comercio de Cali», dice Laura. «En cambio, yo había trabajado en la Cámara de Comercio del Chocó y en Asociaciones de Microempresarias de la misma región. Aunque ambos tenemos formación profesional relacionada, estas experiencias de voluntariado nos llevaron a los procesos de aprendizaje y comprensión necesarios para crear el programa de formación».
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