Fue por un regalo mal comprado que María del Pilar Rodríguez se volvió “Taz La Chica Barber”, como es conocida en redes sociales y el sector de la belleza y estética del Valle del Cauca.
Su novia vivía en los Estados Unidos y durante uno de sus viajes a Cali le trajo a María del Pilar una caja con una patillera, un set de cuchillas y una sofisticada máquina eléctrica de afeitar, que supuestamente le serviría a ‘Pili’ para rasurarse las piernas. En esa época ella trabajaba con una cirujana plástica como enfermera de cuidado en casa.
Con tal de darle un nuevo propósito al regalo, la novia de María del Pilar le sugirió que lo usara para cortarle el pelo a su hijo; lejos de imaginarse que esa máquina de afeitar despertaría la pasión hacia un nuevo oficio que, con el tiempo, se volvería una idea de negocio.
‘Pili’ se matriculó en una academia de belleza y empezó a trabajar en distintas peluquerías. La exposición constante a frío y calor desató que a ella se le dificultara sujetar el secador. Fue cuando tomó la decisión de dedicarse más a la barbería. No fue fácil incursionar en este campo, porque en Colombia no abundan las mujeres barberas.
En el camino de volverse “Taz La Chica Barber”, sufrió del rechazo no solo de potenciales clientes sino también de colegas, que perpetuaban el mito de que “las mujeres no pueden realizar un corte a un hombre sin trasquilarlo”.
Aburrida del ambiente de las barberías, hace dos años solicitó un crédito a una entidad financiera para montar su propio negocio y, al poco tiempo, participó en el programa De Peluquero a Empresario, desarrollado por la Cámara de Comercio de Cali y el proyecto Empleos para construir futuro, liderado por Cuso International y el Gobierno de Canadá.
“De Peluquero a Empresario me mostró que las barberías no deben enfocarse en cantidad de clientes, sino en la calidad de la atención, pues ellos y ellas quieren disfrutar de una experiencia. Para lograrlo, se necesita contar con empleados/as comprometidos y motivados, gracias a buenas prácticas laborales como un horario de trabajo justo”, agrega María del Pilar.
Tras el proceso de fortalecimiento empresarial del programa, se trazó la meta de abrir una nueva sede, a propósito de su nombramiento como embajadora de una marca de belleza. “Yo también fui clienta y uno siente cuando lo atienden a uno de mala gana o con amor, por eso quiero que todas las personas, especialmente los caballeros -mis principales clientes-, se sientan cómodos y bienvenidos en mi barbería”.
Mira este video de la historia de un beneficiario de De Peluquero a Empresario.
